¿Qué cambió de ese San Martín al que le costaba horrores ganar en La Ciudadela a este que lleva ya tres triunfos al hilo en su suelo y sumó 10 puntos de los últimos 12 jugados? Juan Amador Sánchez tiene la respuesta: "es que el equipo está muy bien". El DT no hace hincapié en el juego, sino en la onda, en las relaciones, en lo bien que se lleva el grupo y lo enfocado que está en su objetivo.
"No puedo hablar de lo anterior porque no lo viví. Noté un buen equipo que fue mejorando muchísimas cosas, algunas individualidades por ejemplo", sostuvo el de Totoras luego del último entrenamiento matutino, al costado de un asador humeante con delicias casi listas para un almuerzo en grupo en el Complejo Mirkin.
Ese asado es un ejemplo para la ocasión. La camaradería "santa" es una de sus principales patas sostenedoras para un equipo encaminado y en la pelea por la clasificación. "Veo un grupo de jugadores con muchísimas ganas de conseguir un objetivo. Son muchos los factores que te llevan a ilusionarte", dice "J.A.".
Aunque no pierde la cautela el DT, ni promete gloria eterna. "Lo que pasa es que todos los fines de semana son historias diferentes. No siempre vamos a ganar ni siempre vamos a perder. El fútbol es de resultados y el rival quiere lo mismo que uno", fundamenta.
"Desde que llegué plantee una idea de juego y estos chicos la agarraron. A veces me sorprende de cómo fueron ganando personalidad, porque no hay que olvidarse que están en un equipo muy grande, que los exige permanentemente", recuerda. El olorcito a asado es imposible de eludir e invita a las mejores reuniones, y para Sánchez esta no es la excepción. Daniel Girotti y Ariel Gabar (sus colaboradores) ya están al lado del asador esperando los primeros platos y el equipo está en la cantina ansioso por su almuerzo.
El clima es el mejor y el más distendido, o sea ideal para esperar un partido duro como lo será el de mañana ante San Jorge. "Ya estamos pensando en ellos, que son un equipo duro, pero vamos paso a paso", dice el DT y primero para él está compartir el almuerzo con todo ese equipo en el que confía y le responde en la cancha.